INDEC: informe maquinaria agricola 1er semestre 2020

La venta de máquinas agrícolas durante el primer trimestre alcanzó una facturación de 13.072,7.
Los tractores presentaron el nivel de facturación más alto del trimestre, con 4.318,0 millones de pesos. La facturación de
cosechadoras 7,8%.
Las unidades vendidas de todos los segmentos de maquinarias registraron una disminución respecto a igual trimestre del año anterior. Las cosechadoras presentaron la mayor caída con 23,0% y los tractores disminuyeron 8,5%.
Las ventas de tractores muestran que los de
origen nacional presentan una participación de 60,4%. En las cosechadoras, las unidades representan el 42.5%.

1er Trimestre 2020 INDEC

Los datos: el nuevo factor de la producción

A quienes tuvimos la suerte de pasar por la universidad y recibir algún curso de economía, se nos enseñó que los factores de la producción eran cuatro: tierra, trabajo, capital y tecnología y que ha sido a partir de ellos que la sociedad se ha valido para abastecerse de los bienes y servicios necesarios para vivir.

También comprendimos fácilmente que el peso de cada uno de ellos era diferente para cada actor de la sociedad o para el tipo de bien o servicio a producir. Además, hemos podido apreciar el cambio relativo en el peso de estos factores a lo largo de la historia. La tecnología, por ejemplo, cada vez ha sido más relevante. Comparemos para la Edad Media y la actualidad su peso relativo con el de la tierra.

Más acá en el tiempo, se podría decir algo similar de una empresa de comunicación. Es fácil apreciar el crecimiento en la importancia de la tecnología en detrimento del trabajo y el capital. Llegado a este punto, es válido preguntarse: ¿cuál es factor de producción más relevante en las empresas de tecnología? No pensemos solo en los cuatro gigantes de Silicon Valley. Pensemos en una empresa de comunicaciones o de marketing. ¿Es posible explicar el éxito de las empresas innovadoras sólo a partir del uso de estos 4 factores mencionados al inicio? ¿En cuál de ellos se debería incluir a los datos?

Tal vez debería redefinirse si no hay un quinto factor de producción: los datos. Seguramente su irrupción sea la divisoria de aguas entre la nueva economía y la vieja. Por lo tanto, reconocer la importancia de los datos y aprender a gestionarlos se transforma en un factor de competitividad tan relevante como lo fue con los otros cuatro.

La RAE define «dato» como «información sobre algo concreto que permite su conocimiento exacto o sirve para deducir las consecuencias derivadas de un hecho».

Datos ha habido siempre. La posición de las estrellas era un dato que utilizado por los navegantes para ubicarse. La diferencia es que hace algunos años la tecnología ha permitido generar y administrar una cantidad de datos como nunca antes. Para orientarnos, contamos con decenas de miles de antenas a las que nos conectamos con millones de celulares, generando además otra inmensa masa de datos, que podrán ser de utilidad para otros fines.

El proceso de «digitalización» nos permite entonces generar datos, «información sobre algo concreto», solo que en lugar de registrar esa información en español o inglés, se lo hace en un lenguaje de 2 dígitos: 1 y 0. Además de generar ese dato, también hizo posible recolectarlo, almacenarlo, analizarlo y transformarlo.

Entonces, solo aquellos que son capaces de recolectar el «dato» generado por uno o miles de celulares de personas que están en sus vehículos, almacenarlos hasta poder analizarlos y descubrir su utilidad, para luego devolverlos transformados en un mapa con las calles coloreadas en función del flujo del tránsito podrán desarrollar un Google Map. Y como agrega valor, millones lo vuelven a utilizar retroalimentando el sistema, ofreciendo más y más datos para recolectar, almacenar, analizar y transformar en nuevas soluciones.

¿Cuántos datos se generan en el campo? Antes de pensar cuántos más se podrían generar, es imprescindible pensar: ¿cuántos de los que se generan son recolectado y almacenados? Sin este paso, no hay modo de continuar con el proceso.

El desarrollo de la capacidad empresarial sobre la gestión de los datos es clave por dos razones. La primera es que sin dudas es posible ser mucho más eficientes en el manejo de los recursos (tierra, insumos y tiempo). Esto debe ser fácil de comprender. El segundo punto no tal vez no esté en nuestra naturaleza, pero en esta nueva época es clave: es el relacionamiento con el consumidor. El consumidor moderno de alimentos le exige a las empresas cada vez más información vinculada al impacto del bien por consumir en su salud y en el medio ambiente.

Esta información llegará a partir de datos, los que deberán haber sido generados, recolectados, almacenados, analizados y transformados, en cada eslabón de la cadena. Cadena de la cual la producción primaria también es parte.

Este cambio que se plantea nos desafía tanto o más que la coyuntura local. Si seguimos sosteniendo el sueño de ser el supermercado del mundo, tendremos que prepararnos para gestionar este quinto factor de la producción.

Primero, darnos cuenta de la importancia que esto reviste. Segundo, preparar a nuestros equipos y diseñar los procesos adecuados para que podamos alinear nuestros esfuerzos al cumplimiento del propósito que nos planteemos. A partir de esto, podremos sacar el máximo provecho de las tecnologías que existen y de las que vendrán.

Se podrá decir que nadie va a morir si no incorpora todo esto, ya que de todas maneras el mundo va a demandar alimentos. Es probable, pero sin dudas, en el mejor de los casos nos hará perder relevancia. Y eso es una forma de morir en cuotas.

El autor es CEO y cofundador de Club AgTech

 

Fuente: La Nación

Tips a tener en cuenta para terminar de levantar la cosecha

Pese a las últimas lluvias, el ritmo de cosecha se mantuvo, según se indicó en el informe semanal del Departamento de Estimaciones Agrícolas de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. Los avances para los dos cultivos principales, se estiman en 68,2% del área para la soja y 36,7% para el maíz. En este cultivo los lotes trillados son de lotes tempranos ya que los tardíos y de segunda fecha de siembra comenzarán a entregarse a partir de las próximas semanas.

Entonces, promediando la cosecha de grano de esta campaña, es un buen momento para enfocar los tips para la recta final de la tarea. Porque lo primero que debe tenerse en cuenta es que se trata de un proceso con cierto nivel de complejidad, que comienza por el cabezal y termina en la siembra del cultivo siguiente. Ningún mecanismo, parte o conjunto actuante en el proceso es independiente en su trabajo.

Los órganos de captación–es decir el cabezal–, la trilla, la limpieza, la separación y la distribución de los restos de cosecha, están relacionados entre sí. Y con una buena sincronización de ellos, se busca alcanzar además del buen resultado de la cosecha, la buena siembra del próximo cultivo.

 

Cada parte del sistema influye en el trabajo de las demás partes y con todas combinadas, se busca alanzar las mínimas pérdidas de cosecha y la mejor calidad de grano.

Si se considera que todos los conjuntos trabajan al mismo tiempo, se puede decir que una cosechadora es un sistema sofisticado de trabajo con un óptimo desempeño.

Los alimentadores son bastante más que meros acarreadores que conducen la greña desde el cabezal hasta los órganos de trilla.

El canal del acarreador, sus cadenas y barras, ordenan el material para lograr un caudal contínuo de entrada a los órganos de trilla, con ritmo sereno. En este sentido, es una buena alimentación previa la que se logra con los cabezales Draper.

En los órganos de entrada a la trilla –el sector cónico del rotor y alguno cilindro alimentador o acelerador según el modelo de cosechadora– se acelera la velocidad de traslado del material (greña) de manera progresiva a fin de llegar a la velocidad de trilla. Con ese aumento progresivo de la velocidad, se logra minimizar el impacto que se produciría entre el acarreador y los órganos de trilla que rompería el grano en cantidades notables.

En las cosechadoras modernas el acarreador y la parte anterior del rotor axial están ocupados por el material en todo su ancho. Ello ayuda a la suavización del trato al grano.

Los órganos de trilla, con las muelas y las barras del rotor y las barras de su camisa, golpean y frotan las espigas o chauchas a desgranar. La eficacia de este trabajo es proporcional al régimen del cilindro o rotor, y a la separación entre ese rotor y su camisa o cóncavo.

Con insuficiente luz, se pulveriza el grano. Con demasiada velocidad del cilindro, el grano se quiebra. Los valores óptimos para cada situación de cultivo se encuentran en el manual del dueño. Y también en la memoria de la computadora, que se puede ver en la cabina de la cosechadora.

Los órganos de separación (es decir el último sector del rotor en una máquina de flujo axial, o el sacapajas en una máquina convencional) separa el material largo, es decir hojas y tallos, del material fino, como grano y el polvillo de cosecha. El material largo (paja) sale por la cola de la máquina. El material fino (grano y polvillo) es conducido hacia el zarandón y zaranda.

La limpieza del grano combina la acción del ventilador, de la zaranda y del zarandón.

El objetivo es limpiar el grano del polvillo de cosecha y restos picados de hojas y tallos.

Se busca que todo material que viene de la trilla y de la separación, flote en forma de manta sobre un colchón de aire. Ello combinado con el movimiento alternativo de los tamices (zaranda y zarandón) propicia que el grano pase a través de las aberturas del zarandón y de la zaranda y se separe por peso y volumen el grano del polvillo.

Algunos usuarios abren el zarandón y separan el grano de la suciedad con la zaranda, que se ubica por debajo del zarandón. Y lo hacen para evitar que el grano caiga por la cola del zarandon. Pero de esta manera, puede ser que el grano llegue a la tolva con suciedad debido a que se sobrecarga la zaranda. Por ende, la solución entre obtener grano sucio en la tolva de la cosechadora y perder grano por la cola se encuentra en un punto de equilibrio. Lo cierto es que el zarandón hace la separación principal y que las zarandas hacen un retoque final. Ambos siempre ayudados por el ventilador.

En el maíz, el material quebrado y triturado debía ser separado del grano en los órganos de limpieza. Ahora con los materiales Bt y la genética actual se hace mucho más simple el trabajo de limpieza. Y la calidad del grano es mejor. Así resulta el grano más limpio y entero.

La siembra directa convierte el tratado y distribución de la paja y del zurrón en un punto neurálgico en la cosecha. El ancho de esparcido, debe ser lo más parecido posible al ancho de trabajo del cabezal. Aún con las maquinas de 45 pies de ancho, es decir casi 14 metros.

Si en la siembra siguiente la sembradora circula en el rastrojo sin inconvenientes, el tratamiento y distribución de los residuos de la cosechadora fue correcto. Si el sembrador trabaja desatorando el tren de siembra de manera frecuente, quiere decir que hubo problemas en la distribución de la paja durante la última cosecha. Y en este último caso,  la siembra nunca resultará con la uniformidad de distribución de semilla necesaria para lograr una buena implantación del próximo cultivo.

Entre la cosecha y la siembra todo ocurre como en una película y por ello quedarse en la foto será un error.

Entre la cosecha y la siembra todo ocurre como en una película y por ello quedarse en la foto será un error.

Fuente: Clarín, por Juan B. Raggio